El 15 de Noviembre de 2004, hace ahora 10 años, se realizó la III Asamblea del Pacto Mundial en España. En ese momento el Pacto contaba con 268 participantes.
A
partir de ahí comienza propiamente la historia de la Red Española, que ha
recorrido un largo y fructífero camino. Se ha convertido en una organización
potente, penetrando en las raíces de la empresa
española responsable, dando en todo momento un apoyo crucial a las
empresas adheridas y produciendo importantes guías de trabajo. El número de
empresas y organizaciones adheridas ha aumentado año a año, hasta multiplicar
por diez el número inicial. Y, como merecido reconocimiento, ha sido calificada
como la mejor Red Local del
Pacto Mundial, con el funcionamiento más ejemplar, la Red más comprometida con
los Informes de Progreso y la más innovadora. Hoy no solamente tiene el mayor
número de firmantes, sino que es también la red del Pacto de referencia en todo
el mundo.
Es momento de celebrarlo.
Pero también es momento de
mirar al futuro, porque éste nos trae un panorama de exigencia mayor.
Ahora se están debatiendo
las condiciones de sostenibilidad global, en torno a los Objetivos de
Desarrollo Sostenible. Con el advenimiento de los Objetivos, la sostenibilidad
corporativa va a pasar a un nuevo nivel. No será ya suficiente para las
empresas ser responsables en su entorno inmediato y reportar de modo excelente
sobre ello. La empresa sostenible será aquella que, además, contribuya de modo
efectivo a cumplir los Objetivos, que habrán de ser “aterrizados” en la
realidad concreta de cada país, y en nuestro caso, de España.
La salida de la crisis en
los países desarrollados, entre ellos el nuestro, nos presenta un escenario de
crecientes desigualdades de renta y riqueza, debilitamiento de las clases medias,
desempleo masivo y grietas evidentes del contrato social. España es, en Europa,
uno de los países donde esos síntomas son más extremos. No son fenómenos
temporales: la digitalización de la economía y la debilidad de las teorías
predominantes económicas pueden significar que este panorama dure, al menos,
una década. Esto supone que va a aumentar la presión social para que las
empresas extremen su comportamiento responsable y contribuyan efectivamente a
la resolución de este estado de cosas.
Por ello, las empresas
responsables, con el Pacto Mundial a la cabeza, tienen por delante el reto de abrir
nuevos caminos ante una nueva realidad, y aplicar su potencial innovador a dinamizar
un nivel de alianzas público/privadas y con la sociedad civil nunca visto, en
pos de soluciones eficaces y urgentes frente a esos grandes males.
Los que van en vanguardia,
como es el caso de la Red Española, entienden perfectamente el famoso verso de
Machado: “Caminante no hay camino. Se hace camino al andar”. Hacer honor a ese merecido
puesto de vanguardia supondrá en la siguiente década, como ya se ha hecho
durante los últimos diez años, confrontar nuevas fronteras y hacer frente a
estos nuevos desafíos, haciendo otra vez camino al andar.
Manuel Escudero fue secretario de la Red Española del Pacto Mundial en España en 2003 y 2004, Jefe de Redes Locales en la Oficina del Global Compact en 2005-2008, fundador de los Principles for Responsible Management Education (PRME) y Director de su Secretariado en Nueva York (2007-2010) y ahora es Special Advicer de la iniciativa a nivel internacional.
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